jueves, 25 de noviembre de 2010

Ya decía yo que si servía!!

Hoy estoy que no quepo en mi misma de Felicidad!!! ando volando entre nubecillas azul pastel, feliz, feliz, feliz, ¿por qué? pues por Feliiiiiiiiiiiiiiii mi antiguo y viejo amor novohispano, es un enamoramiento que me inspira a ser una mejor alumna, cumplida y responsable. La verdad con ella (por que Feli es una mujer) si me salgo del closet y digo abiertamente que la amo, desde hace trecientos años la amé y hoy la volví a encontrar entre las palabras que salen de mis manos.

En pocas palabras, es la tesis!!! la tesis de su vida, de su feminidad y de la forma en la que manejó su dolor y responsabilidad familiar. Ya decía yo que de algo iban a servir tantas y tantas horas pasando aquí escribiendo en este blog impopular y muchisimas más horas escribiendo en los diarios de princesas de los que siempre me hacía ilusión tener y llenar de palabras vacias y sentimentaloides.

Hoy mi asesora me dijo que le gusta mucho cómo escribo, y sí a mi me gusta escribir, no ganaré un Pullitzer o un Nobel de literatura pero desde que aprendí las letras en el kinder, supe que me gustaban. En la primaria me desesperaba que los niños a mi alrededor no entendieran cómo es que se escrbía alguna letra, si yo lo podía hacer no era tan complicado ¿no?. Los números en cambio me parecian de otro mundo, tan complejos cómo incoherentes, que si importantisimos claro, pero no tan bonitos cómo la letra R manuscrita o graciosos cómo la letra B panzona.

Un día no sé de donde saqué esa idea de escribir en un diario, tal vez de las fantasías románticas de las películas infantiles, o de fotografías de revistas que hojeaba, pero yo quería mi diario rosita con candado y llave súper secreta, esa idea se me metió cómo taladro, y un día en un tianguis (o mercado de pulgas cómo lo llaman los ricachones) le dije a mi mamá: me compraaaas?? (obvio con la miradita de gatito con botas y sin hacer sonido alguno) era un diario pequeño con tapas duras del color más rosa chillon que puede haber, perfumado, made in china, y en la portada una cenicienta en versiòn japonesa pero con la iconografía Disney, en conclusión... era her-mooo-sooo!! y q?? jotito pero perfecto para mis 6 o 7 años que poseía en esos ayeres. Presumida yo por lo que me había comprado mi mami lo andaba contemplando y en sus tapas rosas se quedaron mis ojos infantiles, lo quería hacer mío!!!! míoooooooo!!!

Y lo hice mío como un mes después en lo que recuerdo una pobre crónica del día que había pasado cuando lo compré, o sea, contandole al diario cómo había llegado a mis manos, a esa edad no había leido el Diario de Ana Frank aún, pero creo q es una costumbre en las niñas contar en las primeras páginas la historia de la adquisición, y aquí una nota gatita ñoña de Bibliotecaria sabelotodo: esto en Bibliografìa se aprecia bastante por que otorga una información escencial de cómo es adquirido un libro o un documento antiguo, y se puede rastrear su verdadero orígen, tenía que decirlo sino iba a explotar XD.

Entonces ahí me tienen, con seiscientos errores de ortografía, quinientas faltas a la real Académia, pero desquitando en mi pequeño diario las ganas de aniquilar a mis compañeritas de salón, o renovando votos hacía mi amor de primaria. Hoy día ese diario quedó nomás en mi memoria a largo plazo, por que en la mudanza de mis 11 años se quedó en la casa del Moral. Creo que unos primos lo encontraron y lo leyeron los metiches lo sé por que me lo dijeron en una Navidad, pero no me preocupó, dudo mucho que se pudiera entender a la primera lectura, y no por complicados conceptos filosóficos como los de Calvin, sino por q la estructura morfosintáctica daba mucho que desear, jeje, lo q si me enfureció y los envidié profundamente, ¡¡malditos lo hubieran recuperado de las garras de la humendad de esa bodega vieja de cucarachas!! y yo lo conservaría cómo tesoro, el único patrimonio de mi infancia inocente.

Después confieso... le fuí infiel, y a los 11 volví a hacer cara de gatito con botas y mi mamá me compró uno con portada de Mimi XD, ahí desde que entré a la secundaria hasta que salí de la prepa, escribí, escribí y escribí. Locuras, ocurrencias, adolescencias tontas, aburridas, hormonales, pero de la precaria escritura de patas de araña, pasó a ser una formula filosófica del amor, de la vida y de los secretos que escondía entre la timidez y lo "loser" que era ser yo. Me acabé sus páginas, me gastaba las noches escribiendo en él, y era tanta mi hambre de escritura que llenaba de paginas sueltas los cajones de mi cama, salí del cuadernillo y escribí poemas primitivos surrealistas amororsos. Salì de la monotonía del cuadernillo y escribía mini cuentos primaverales en hojas recicladas.

Ese si sobrevive, y es bonito ver que por lo menos si mis primos leen este, si le van a entender, por eso lo escondo. Ahora tengo lleno el escritorio de libretas y diarios que según el estado de animo, me inspiran para relatar ciertas cosas o dibujar otras tantas, depende de lo que quiera hacer por las noches, y sino para eso este blog impopular.

Y hoy estoy que no quepo en mí de felicidad, por q mi asesora me dijo que escribo bien bonito, que si sigo así hasta se le antoja cómo publicación, y que no me duerma en mis laureles. Yo sólo pude pensar que escribo bien por que de niña me compraron un diario que olía a perfume barato, ¿conocen el olor de los abanicos chinos que venden en las tiendas chinas? así olía mi diario de cenicienta japonesa.

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