Pues a pesar de que mi país no haya destacado mucho en las olimpiadas, fueron las mejores de mi mendiga vida, no sé por que pero me gustaron mucho, de por sí es así como un fanatismo que surge en mi cada dos años (por las olimpiadas de invierno), pero estas fueron así como muy bellas, las de Sidney también fueron muy buenas pero era aún joven y no las disfruté tanto.
Así que ayer por ser el último día, en el que las televisoras y demás se despidieron del telespectador (o sea yo), pues no lo soporte más y lloré, no desconsoladamente pero si un poco nostálgica.
Ahora aprenderé mandarín y me iré a vivir a China, hasta que se me pase la fiebre de los olímpicos.
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